DARK MERCURY CAP 2

Los orígenes secretos de Dark Mercury
PARTE 2
Por: Ramsés II
México, 2013

DISCLAIMER: Ami Mizuno/Dark Mercury Pertenece a Naoko Takeuchi.
W. Krauser Pertenece a SNK/PLAYMORE.
Simon Petrikov Pertenece a Pendleton Ward/Cartoon Network
El resto de los personajes son (OC) originales, y de mi propiedad

Hace cuatro años…
Berlín, Alemania, 1998.
Es el primer aniversario en el que ella vive fuera de su hogar…
Ami Mizuno busca adaptarse a su nueva vida en Europa, y el primer paso era el idioma: se aseguró de aprender tanto el alemán como el austriaco y el francés, además de ya saber inglés. En este primer año de estudios en la facultad —cuyas clases favoritas eran anatomía y e historia de la medicina—, además de cursar la carrera, tenía varias actividades favoritas: estudiar en el laboratorio, practicar ajedrez, y participar en peleas clandestinas en las cuales, los mutantes, por una gran suma de dinero, peleaban contra robots, animales salvajes, u otros mutantes en peleas muy violentas, las cuales, comúnmente terminaban en la muerte del vencido; todo esto era patrocinado por un importante jefe del crimen organizado de Alemania: el aristócrata Wolfang Krauser, un sujeto a quien le gustaba las peleas entre mutantes, ya que las peleas de humanos le aburrían y también para mejorar el negocio de las apuestas clandestinas.
En estas peleas, fue la primera vez que Ami se presentaba como Dark Mercury: Para pelear, siempre usó su uniforme de preparatoria, el cual modificó para estas ocasiones, ya que no necesitaba comprar buena ropa en Alemania, gracias a sus victorias. El uniforme modificado de la preparatoria ahora era de color negro con azul con mangas de color azul celeste,  usaba guantes azules para proteger sus manos al momento de crear sus cuchillas de hielo, y siempre usaba un antifaz azul. En sus peleas, Mizuno era quirúrgicamente letal: si bien no era muy fuerte en comparación con otros peleadores, lo que la hacía peligrosa era su velocidad, agilidad y sobre todo su precisión: golpeaba en las zonas específicas del cuerpo para inmovilizar, aturdir, e incluso asesinar a sus rivales en la arena de pelea, siempre y cuando fuese necesario, todo gracias a sus conocimientos de anatomía. A veces la ponían a pelear en contra de pandilleros armados con todo tipo de armas, y de algún modo lograba sobrevivir a tales embates, y eso fue lo que después la hizo famosa en el bajo mundo alemán.
Para Ami, la única razón por la que peleaba, era porque no conseguía trabajo alguno que le permitiese vivir decentemente en Berlín, ya que si bien había muchas facilidades para los estudiantes de conseguir trabajos mientras estudiaban en la Universidad; pero si los jefes se enteraban que algunos de los jóvenes eran mutantes, inmediatamente los despedía, algunas veces sin dares el salario que les prometían. Mizuno detestaba aquella situación, pero poco podía hacer en ese momento, por lo que dedicó gran parte de ese primer año en mantener un perfil bajo, y peleando en las noches de sus fines de semana y, así como dedicó el resto de su tiempo libre para estudiar y entrenar, debido a que era más difícil pelear contra mutantes que contra pandilleros, porque no se sabe que poderes podrían enfrentar.
Además de dedicarse a ser una gladiadora moderna, la mutante de cabello azulado también investigaba sobre los efectos de mutación del conocido gen X, en la formación de cáncer, lo cual le llevo a una revelación sorprendente: en algunas muestras que recogió de varios mutantes a los cuales había despachado en sus peleas, y otros compañeros de clase que uso como contraste para su experimentación —y algunas muestras de sangre que Ami tomó de sí misma—, encontró que había una gran tendencia al desarrollo del cáncer sanguíneo o leucemia entre mutantes 20% mayor que los humanos, especialmente entre la juventud mutante —“interesante hallazgo ¿Quién lo habría imaginado?”— fue lo que dijo al encontrar la causa de este porcentaje: una hormona desconocida que se encuentra en determinados mutantes y en un porcentaje menor de humanos portadores inactivos del gen X, a quienes debía rastrear en exámenes de ADN por medio de una biopsia de medula ósea y varias pruebas sanguíneas para comprobarlo. Esa investigación la llevó a tener una beca completa por parte de una farmacéutica alemana, con fines aun desconocidos. —“de probar mis tesis, podré encontrar una cura contra el cáncer que funcione tanto en los humanos como en los mutantes”— se dijo ella misma triunfante, tomando las notas en una bitácora que guardaba celosamente en su departamento.
Así fue que, con la beca conseguida por parte de aquella compañía farmacéutica, no necesitaba volver a pelear. Por un tiempo dejó las riñas para concentrarse, tanto en su investigación sobre la feromona cancerígena, como en practicar ajedrez, debido a que se acercaba un evento que debía asistir: competir en París, Francia, para debutar en el Torneo Chessmaster, compitiendo en contra de dos contendientes más poderosos de Europa: el serbio Andrija Djokovich, el favorito del torneo y el aspirante sorpresa para gran parte de los competidores: el irlandés James Edward McKraken.

Julio de 1998.
Museo del Louvre, Paris, Francia.
Ami disfrutaba las obras de maestros occidentales del arte. Era la primera vez que entraba en aquel museo donde se respiraba una atmosfera de tranquilidad, hasta llegar al lugar donde se realizaba el torneo: debajo de la gran pirámide de cristal, la cual al estar debajo de esta, asombra al espectador el tamaño de aquella estructura. Mizuno estaba impresionada; era la primera vez en la que visitaba aquella ciudad donde la belleza, la cultura, y el amor se reúnen en un solo lugar, la metrópolis sede del museo más famoso del mundo.
Allí se realizaría el torneo juvenil más importante de ajedrez en el mundo: Chessmaster Cup. La importancia de este torneo entre los jóvenes competidores de entre 10 a 24 años de edad, consiste en dar la oportunidad a los ajedrecistas jóvenes, autodidactas amateurs y algunos profesionales del deporte-ciencia, de participar en una competencia maratónica de siete días y un torneo de 9 rondas en estilo suizo, solamente para las preliminares. Los primeros tres días se dedicaron a las preliminares, donde los treinta y dos mejores competidores —entre Ellos Mizuno, Djokovich y McKraken— avanzaron a un torneo relámpago de 12 rondas, donde tendían que jugar y pensar rápido si querían derrotar y avanzar a las finales donde la eliminatoria solo contemplaba a los mejores 8 jugadores. El premio al ganador iba más allá del dinero, y la fama: el ganador ostentará el titulo de Chessmaster, el titulo juvenil más importante en el mundo del ajedrez. Solamente había 7 ajedrecistas con ese título en el mundo.
Ami avanzó a las finales sin problemas, ganando 9 partidas y negociando 3 partidas en tablas ubicándose solamente detrás del jugador serbio. Djokovich fue el mejor clasificado: ganó todas las partidas haciendo mate. Desde ese momento era considerado un monstruo del ajedrez, algunos lo querían comparar con Bobby Fischer, otros, con José Raúl Capablanca. Finalmente, Edward McKraken había llegado discretamente a las finales gracias a un punto de diferencia. Fue el último en clasificar luego de una difícil competencia en la cual ganó siete juegos, perdió uno y declaro tablas en cuatro partidas. —“Solamente Djokovich se interpone entre mí y el título más grande de todos”— pensó Ami Para sí misma con un regocijo indescriptible, usando un vestido corto de color azul con zapatos negros y una blusa blanca además de usar un collar de oro con un dije de la figura de la dama, la pieza más poderosa del ajedrez.
El 25 de julio era la fecha marcada, y el destino se encargo de entrelazar a ocho ajedrecistas inesperadamente: en las finales, donde los 8 competidores jugarían una ronda con el resto de los competidores, es decir, a siete partidas por finalista: dos puntos para el ganador, un punto para ambos en caso de tablas y nada para el perdedor. El ajedrecista con mejor puntaje en la etapa, gana el campeonato. Pero antes de iniciar, los ocho finalistas se tomaron un descanso antes de iniciar la competencia. Mientras disfrutaba del arte del famoso museo parisino, Ami se encontró por primera vez con el campeón nacional de ajedrez más joven de Irlanda: Edward McKraken.
—Good morning miss Mizuno!!!— Saludó amablemente aquel chico en ingles, que en ese entonces, apenas tenía 10 años de edad, por lo que era el finalista más joven entre los competidores, quien comía un plato de cereal con leche que había en la barra del buffet que se improvisó para los finalistas, prensa, e invitados especiales. — ¡Konichiwa, McKraken-san!—devolvió el saludo de manera formal, cosa extraña para el irlandés, quien siguió como sombra a Mizuno  —Puede llamarme por mi nombre, no tengo problema con eso— contestó Edward ante el saludo seco de la nipona, quien de inmediato observaba a aquel chico con curiosidad: un niño de casi once años de edad, vestía una sudadera de los Yankees de Nueva York, pantalones de mezclilla, y tenis verdes, portaba una gorra de color verde con una arpa dorada con la leyenda “ERIN GO BRAGH” —“Irlanda por siempre” en Gaélico—, que ocultaba el pelo rojizo del pequeño Mc Kraken, quien iba acompañado de su hermana mayor Julia, porque sus padres estaban ocupados en Manhattan por problemas políticos. Una vez que termino de examinar a aquel joven, Ami lo consideraba poco menos que una amenaza: ella lo veía como carne fresca para Djokovich, y sobre todo un festín más para sus propósitos, por lo que le hizo unas cuantas preguntas.
—Entonces Edward-san, ¿Qué aspiras lograr en este torneo?— a lo que Edward, con seguridad, contestó decidido —¡¡¡A ganar este torneo!!! Porque estoy destinado a esto— pero Mizuno solamente se limito a solar una entrecortada risa, lo cual hizo que el pequeño irlandés frunciera el ceño con molestia y un poco incomodado, le pregunto — ¿Se puede saber que es tan gracioso?— a lo que la nipona solamente le contestó de forma altanera —tienes suerte de haber llegado hasta aquí, pero permíteme darte un consejo: disfruta las finales y olvídate de todo lo que se está jugando: al final vas a caer— pero en lugar de molestar a Edward, tuvo el efecto contrario, esto lo animo y lo libero de toda presión interna.
—Bueno, se nota que ambos queremos lo mismo, pero antes de pensar en el titulo, debes derrotar a Djokovich, lo cual no te será sencillo, y sobre todo, si quieres ser campeona, ¡¡¡VAS A TENER QUE VENCERME!!!— Exclamó orgulloso aquel chico, quien fue ignorado por Mizuno quien simplemente le miraba con extrañeza y con indiferencia lo cual Edward no lo había notado. Ami finalmente se despidió declarando —Tal vez logres derrotar a Djokovich, pero te digo una cosa: ¡¡¡AUN NO NACE QUIEN VAYA A DERROTARME!!!— con esa sentencia, Ami se marcho de aquel lugar hacia la tabla de pareos, al ver quien sería su primer rival, solo dedico una pequeña mueca a manera de sonrisa. Después llega Djokovich, quien solamente lee la lista de pareos e inmediatamente, toma nota y se marcha para tomar su mesa. Finalmente, Edward, con un semblante tranquilo, observó atentamente los pareos y notó que la primera ronda se desatara un duelo épico: Mizuno vs Djokovich. Sabe perfectamente que la victoria definirá probablemente al campeón del torneo. Edward no asume ningún pronóstico, y acabando su cereal, fue a tomar su lugar.
Quince minutos después, comenzaron las finales. En la primer ronda, Andija respondía con las piezas negras, los intensos ataques de las blancas calculados de Deep Blue —el alias que Ami adoptó luego de ganar el campeonato nacional de Japón durante la secundaria— los cuales eran encabezados por un alfil en b5, apoyado por un peón en a4, y un caballo preparado para atacar en e5, este movimiento cumplió su propósito: amenazar al rey negro del serbio. Djokovich necesitaba deshacerse del caballo, pero solo tiene tres movimientos: atacar con el peón en d6, tomar al alfil blanco con su caballo situado en d6, y finalmente la jugada más riesgosa de todas, hacer un cambio de damas antes de que la dama blanca pueda unirse al ataque del alfil y el caballo. Finalmente, luego de meditarlo un poco, decidió tomar los riesgos y hacer el intercambio de damas, pensando darle mate a Mizuno en la siguiente jugada.
Lamentablemente, no tomo en cuenta que Ami enrocó en la jugada anterior, lo cual permite proteger al rey de su ataque, y contestar con una magistral jugada Txd1, y al mismo tiempo, protegiendo esa columna, cortando la vía de escape en contra del rey enemigo. Al darse cuenta de su error, Djokovich solo pudo hacer una cosa: rindió la posición, dándole a Mizuno el valioso triunfo que necesitaba. Pero el serbio simplemente le comenta —buena partida, pero no te será suficiente para derrotar al irlandés— esta frase dejo sorprendida a Ami, quien de inmediato se pregunto la razón de aquella declaración. Primero creyó que solamente estaba blofeando, pero lo descartó luego de ver que McKraken había derrotado a Justina Sierra, campeona mexicana que era conocida en el mundo de juego de cuadros como La reina roja, ya que basaba su estrategia en la dama, pero no fue suficiente para derrotar al irlandés.
Ami siguió sin tomar en cuenta al irlandés, quien enfrentó en la siguiente ronda al favorito serbio. Mientras tanto, Mizuno dispuso a mover las piezas —ahora con las negras— en contra de un personaje enigmático: no recordó su nacionalidad, pero si su semblante: ojos y cabello negro y corto, usaba gafas y portaba un saco formal con una corbata de moño rojo. Aquel era un sujeto misterioso, pero  ella dejo de hacer conjeturas, y se concentró en una partida más difícil que la anterior. El hombre de anteojos tenía ventaja material sobre Ami, especialmente luego de tomar la dama a cambio de su alfil, lo que Mizuno le contesta con una colgada por medio de su torre en la columna F, gracias a su enroque corto, pero esto precisamente era lo que deseaba aquel desconocido. Debía distraer a Ami antes de efectuar su jugada, pero ella no quiere perder la partida: una derrota podría emparejar la puntuación con el ajedrecista serbio. Por ello, la chica mutante negoció tablas con aquel joven. — ¿Estás segura? — esta pregunta le generó dudas hasta que afirma positivamente la cabeza. Finalmente, luego de unos minutos de pensar y meditar, el joven acepta las tablas, y Ami, a pesar de no quedar completamente satisfecha con el resultado obtiene el punto que necesitaba. Pero antes que se fuera, el chico le dejó un libro interesante para la nipona —tómalo, creo que este libro te servirá más que a mí, considéralo un regalo— A lo que Ami le agradeció asintiendo amablemente, pero antes, ella le cuestionó — ¿Podrías decirme tu nombre, Por favor?— y aquel joven le contestó —soy Simon Petrikov— Ami solo se despidió de él mientras anotaba su nombre en aquel libro: Tesoros mitológicos prohibidos del mundo, de Justiniano Alburquerque.
Pero la tranquilidad de Mizuno se fue por la borda cuando se enteró del sorprendente  triunfo de Irlandés ante Djokovich, quien contemplaba incrédulo como el joven McKraken le dio mate en la jugada 20, cuando la dama blanca ubicada en d8, acorralo al rey negro en la octava fila y con muro de peones que no logró desarrollar. La nipona estaba molesta por no haber tomado en cuenta al mocoso Edward, pero también pensó Edward eliminó al serbio,  toda posibilidad de competir por el título, y Ami solo tendría que esperar tranquilamente cualquier error de aquel mocoso
Mientras tanto, en la tercera ronda, Edward enfrentó a Petrikov, representante de la Universidad de Harvard, de la cual es alumno egresado con mención honorifica. Al comienzo de la partida, Edward no deja tranquilo al universitario, quien hábilmente resiste los ataques de los alfiles, caballos y peones negros del irlandés, quien poco a poco toma ritmo en la partida. Este tipo de juego impulsivo de Edward, al ser rápido y poco reflexivo, también tiene debilidades, donde Simon aprovecha para contrarrestar los ataques de McKraken y realizar una contraofensiva la cual empareja la partida en el medio juego. Sin embargo, Edward tiene ventaja de posición y el material de piezas que les queda a ambos jugadores hace creer a  todos que Petrikov puede ganar la partida. No obstante, Simon no está seguro de esta afirmación: las tropas negras de McKraken, a pesar de tener una situación poderosa con un alfil en c4 y un caballo en f3 y un peón pasado con posibilidades de promocionar en c3, aun tienen que enfrentar la defensa de torre que defiende la línea 1 en f1. Pero esta posición defensiva solo servirá mientras Petrikov mantenga a salvo a su Dama en e2, la cual se encuentra clavada por el propio alfil negro de c4. Luego de unos momentos, ambos pactaron tablas. Edward sabia que se ha metido en un problema: Ami ganó fácilmente su partida contra la mexicana, con lo cual ambos tienen 5 puntos, por lo que solo era cuestión de tiempo para que ambos se batieran en duelo para decidir el campeonato, ya que los dos competidores más cercanos, eran precisamente Petrikov y el serbio Djokovich.
El torneo prosiguió normalmente, y los competidores se decantaron en dos grupos: los punteros integrados Por Ami, Edward y compañía, y el resto de los participantes como Justina Sierra peleaban ferozmente con Petrikov y el serbio: Ella gano solamente dos puntos al empatar con ambos, lo cual hizo que quedase fuera de los primeros lugares. Por su parte, tanto la nipona como el irlandés se convierten en la sensación de las finales; por un lado Ami hace valer su calidad de favorita, mientras que Edward es la sorpresa del torneo: el duelo de la Dama banca contra el caballo negro, decidirá el campeón.
Pero antes de esta partida, en la sexta ronda se enfrentaron dos titanes del ajedrez: Djokovich Vs Petrikov. Este duelo fue la antesala de la ronda final. Tanto la nipona como el irlandés terminaron sus respectivas partidas con victoria. Pero el duelo entre los titanes continúo después de sus partidas. Mizuno aprovecho la oportunidad de hablar con Edward antes de la ronda final. —Edward-San, quisiera conversar contigo antes que comience la ronda— a lo que Julia, quien acompañaba al joven irlandés inquirió a la chica — ¿Eres Ami Mizuno, Verdad?— Esta solo acertó en asentir; en ese momento, Edward volteó a verla un poco extrañado; al parecer Ami quería hablar en privado con él, así que Ami tomó la mano del irlandés y lo llevó junto a la mesa de donde El serbio y el universitario disputaban su pelea final, ante la mirada atónita de Julia —¡Vaya chica!— se dijo a sí misma.
Mientras se disputaba la partida entre Petrikov y Djokovich,  Edward le pregunto a ella —Dime una cosa Ami-san ¿Por qué quieres ganar este torneo?— Mientras esperaba su respuesta, Edward veía el semblante de su rival: reflexiva con una mirada fría, en la cual los ojos azules de aquella chica puede sentirse escudriñar el fondo de tu alma, y esa intranquilidad duro hasta que Ami contestó —No lo entenderías, pero de todos modos te lo diré: desde que empecé a jugar de manera profesional nunca he perdido, y cuando me veo superada en ventaja de cualquier clase, intimido a mis rivales para que acepten mi ofrecimiento de tablas, y con ello, conservar mi racha invicta— Edward se sorprendió al conocer el hecho de la racha invicta de Mizuno, y comprobó con una mirada de tristeza le comentó —entonces no has perdido jamás, ¿Verdad?— A lo que Ami orgullosa afirmo con descaro —si llego a ser campeona, seré la mejor ajedrecista de nuestra generación, ¡¡¡Y todo gracias a mi racha de invicta!!!— Exclamo en voz baja la nipona, mientras que Edward negaba con su cabeza, y aquella chica notó aquella expresión, pero el irlandés se le adelantó a tomar la palabra.
—Ami, dime una cosa, cuál es tu ajedrecista favorito: ¿Capablanca, o Fischer?— A lo que ella contestó —Fischer, sin lugar a dudas: una eminencia en el ajedrez. Por cierto, ¿Quién es Capablanca?— Edward se sorprendió por la aparente ignorancia de la nipona sobre aquel ajedrecista cubano, con lo cual, se permitió darle una breve explicación —Capablanca es considerado, el mejor de todos los tiempos, incluso mejor que Fischer. No solo en la manera de jugar, sino porque tomaba de mejor ánimo la derrota que el norteamericano, y tú sabes mejor que nadie, que Fischer era considerado un monstruo del ajedrez por dos cosas: su implacable juego agresivo, y sobre todo, por tener una mala actitud y su megalomanía detrás del tablero. En otras palabras prefiero a Capablanca por ser un caballero, que ser un cretino como Fischer— Esa analogía molestó profundamente a Mizuno, pero no se ofendió, porque en el fondo sabe que McKraken le hizo una muy acertada analogía sobre su estilo de juego. Pero eso no le quita el enojo de la cara, ante la posibilidad de haberse encontrado con la horna de su zapato en la forma de un mocoso irlandés, quien va a una primaria pública en el Bronx.
— ¿A qué te refieres?— le preguntó Ami, mientras que Edward solamente se quedó mirando con resignación —Nunca has perdido una partida, y cuando sabes que vas a perder, negocias las tablas para alimentar tu racha. ¿No lo ves? Te encuentras atada a tu racha, no te deja ver los errores que has cometido, no solo detrás del tablero, sino también en tu vida cotidiana— ante la afirmación del irlandés, Ami le observa desafiantemente, pero Edward solo la mira con tristeza hasta que vuelve a comentar la nipona —¡¡¡Nunca he perdido porque soy la mejor en lo que hago!!! Practico ajedrez desde que tengo tu edad, ¿Qué te da el derecho de decirme lo contrario?— le reclamó Mizuno molesta. Entonces él le contestó finalmente —Solo porque yo estoy aquí luego de mucho estudio y derrotas, de las cuales he tenido experiencia para aprender de mis errores. Tú en cambio Ami, solo tienes suerte, te has quedado estancada con el mismo estilo de juego, y eso aparentemente te ha servido, pero en realidad no has mejorado ni empeorado— Edward Hizo una pausa para tomar un poco de agua tibia antes de continuar —Esa es la principal diferencia entre tú y yo: tienes miedo al fracaso, pero te tengo una noticia: en algún momento de nuestras vidas estamos destinados al fracaso; no porque seamos malos en algo, sino porque no importa que tan bueno o buena seas en algo, siempre va a ver alguien mejor que nosotros— mientras Edward se dispuso a irse, Ami se encontraba reprimiendo su furia interna, y en ese momento afloro una truculenta idea de su maquiavélico cerebro.
—Entonces Hagamos un trato, mi querido Eddie-Kun— Aquella expresión  llamó la atención del irlandés, quien de inmediato se detuvo para escuchar atentamente —Ambos ya tenemos ganado el torneo, entonces pongamos más interesante el juego: no hay tablas negociadas, ni rendición: Gana el que haga jaque Mate a su oponente— A pesar que ese trato era ventajoso para él, Edward sabia que la nipona quiera imponer las reglas del juego por lo que vio por primera vez trabajando el intelecto maquiavélico que había oído de Ami Mizuno: Inteligente, calculadora, estratega, y sobre todo, boquifloja. Un duelo de dos intelectos más allá del ajedrez se pactó cuando Edward estrechó su mano derecha con la diestra de Ami, quienes se quedaron viendo desafiantemente por algunos momentos hasta que Edward soltó la mano y se fue a descansar un rato, puesto que la última ronda del torneo se realizaría el día siguiente, no sin antes despedirse de Mizuno —¡¡¡Hasta mañana, Ami-san!!!— mientras que ella finalmente reflexionó —Hasta entonces McKraken, ¡¡¡MAÑANA CONOCERÁS LO QUE SOY CAPAZ POR ESTE TORNEO!!!— Sentencio Mizuno para sí misma.

[CONTINUARÁ]